¿Qué es la violencia contra la mujer?
El problema de la violencia, como un problema social y de salud, afecta a todos sin distinción de país, ni capas o clases sociales. Ha adquirido resonancia social en los últimos tiempos, no porque ocurra con mayor frecuencia, sino porque hoy son más conocidas y estudiadas estas conductas.
En estos momentos se ha convertido en un factor negativo que va adquiriendo fuerza creciente en nuestra área como en el resto del mundo, incluso, hay autores que plantean que el primer problema que enfrentará la humanidad en el siglo XXI es la violencia. Palpamos y sufrimos un mundo donde la violencia se ha convertido en una de las formas más usuales de resolver conflictos entre las personas.
El concepto de violencia es tratado por diferentes autores, por lo que su definición exacta no está exenta de polémicas.
La palabra violencia, está relacionada con malestar, maltratar, violar, forzar. Se puede decir que siempre implica el uso de la fuerza, para producir un daño.
Causas de la violencia hacia la mujer
- Por la discriminación que sufre tanto en leyes como en la práctica.
- Persistencia de desigualdades por razones de género.
Consecuencias de la violencia hacia la mujer
- Baja autoestima.
- Interiorización del machismo, dependencia del varón y en general de todas las figuras de autoridad.
- Tienen depresión profunda: falta total de esperanza, se sienten sin fuerzas, respuestas emocionales muy limitadas, altos niveles de autocrítica y baja autoestima.
- Tienen miedo, estrés, conmoción psíquica aguda, ansiedad y desorientación.
- Incomunicación y aislamiento provocado por el continuo desamparo social.
- Tienen sentimientos de subordinación, dependencia y sometimiento.
- Sentido de culpabilidad. Ellas mismas se sienten culpables de la situación.
- Están desmotivadas y tienen una profunda ausencia de esperanza.
- Incertidumbre, dudas e indecisiones por bloqueo emocional.
- Falta total de esperanza.
- Impotencia/indecisión: Carecen de poder interior para superar los problemas.
- Se crea el “síndrome de la mujer maltratada”, que es parecido al síndrome de Estocolmo, donde uno se identifica con la figura de poder y de valor, en este caso el marido.
- Vivencia y transmisión de roles sexistas.
- Tienen poco o nulo margen en la toma de decisiones con lo que respecta a la vida de pareja y a la suya propia. Padecen a veces trastornos alimentarios severos como anorexia o bulimia.
- Trastornos del sueño.
- Irritabilidad y reacciones de indignación fuera de contexto.
- Frecuentes trastornos de alcoholismo y de ludopatía.
- Baja interiorización de valores sociales y democráticos.